El segundo taller de adoptar un músico lo hicimos con la violinista Ana LLorens, con ella concertamos las partes instrumentales que previamente habíamos elaborado entre todos. De repente, gracias a las fantásticas melodías que salían de su instrumento, descubrimos que lo que habíamos pensado cobraba sentido.
Desarrollamos muchas partes de la segunda obra. Empezamos a plantear el viaje desde las montañas donde viven los indios apalache, iniciando el camino con unos toques de tambor oriundos a ritmo de vals.
Trabajamos mucho la tercera obra, donde pudimos marcar la estructura que iba a tener: introducción de violines; canto silábico; canto con acompañamiento instrumental y recitado con ritmo. Todavía no nos sabíamos la letra pero sabíamos lo que queríamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario